9 - El RETRATO VIVO -



Éste es el "retrato vivo" de Marcelino Champagnat.
Un retrato que necesita una explicación:

En aquella época sólo se hacían retratos los ricos, las personas muy importantes y, desde luego, eran pintados a mano; la fotografía estaba todavía en pañales.

Por otra parte, el P. Champagnat –como otras personas de aquel tiempo– no consintió nunca que le pintaran un retrato, era algo que repugnaba a su modestia.

Pero los primeros hermanos querían conservar la imagen de Marcelino para la posteridad.  Por eso, el mismo día de su muerte, avisaron a Jean-Joseph Ravery, un buen pintor y amigo del Padre Champagnat.

Cuando M. Ravery llegó y comenzó a pintar, Marcelino ya estaba muerto.   Por eso el retrato refleja la imagen de un hombre –un santo– fallecido a los 51 años, después de una larga y muy dolorosa enfermedad: un cáncer de estómago.

Pero todos los que conocieron al Padre en los últimos años de su vida aseguran que el cuadro es una fotografía perfecta, que es el "vivo retrato" de Marcelino Champagnat.